La mate, la mate porque me amaba. No soportaba sus reclamos, su pedidos de compasión. La mate, la mate porque me amaba, y yo, yo no sirvo para que me quieran. Si señor, la mate, se lo digo con todas las letras. Tanto mi madre, como mi padre, y hasta ese hombre del barrio que me mira me odian, lo sé. Por eso la mate. Sonará muy cruel, Ud. dirá, pero para mi no lo es. Nací en un charco, en la calle me críe. No recibí amparo, ni tampoco miel cuando los golpes en la cara me azotaron la niñez. La mate, no tuve piedad al hacerlo porque se lo merecía, ella me amaba y no me dejaba vivir. No me dejo crecer, no me dejo ser, me anulo ante la incertidumbre del camino. Ella, aunque no lo crea, era muy pero muy cruel. Se llevo mis años, se quedo con mi piel. Y ahora, a esta edad, cometí un crimen. Un crimen del que no me arrepiento señor. Mate mi ignorancia, me deje amar sin golpes, me deje ser. La mate, con mis ojos hasta que llegaba el anochecer. La mate, con mis manos hasta el cansancio....